Coronavirus vs crecimiento de largo plazo
Dalibor Eterovic Managing Director & Economist The Rohatyn Group (TRG)
- T+
- T-
Dalibor Eterovic
Es muy probable que el brote de coronavirus chino y las medidas de contención asociadas dejen marcas profundas en el crecimiento económico mundial de corto plazo. Mas aun, intentar anticipar la evolución de esta enfermedad es una mala estrategia. Como sugieren en una reciente nota técnica los académicos estadísticos Norman, Bar y Taleb (el autor del Cisne Negro), la dinámica de contagios puede ser caracterizado como un proceso de cola gruesa donde la posibilidad de que el coronavirus se transforme en un evento catastrófico a nivel global es todavía pequeña, pero mayor al estimado usando comparaciones históricas con casos como el SARS o el Ébola. Es que la interconectividad actual, donde el número de pasajeros en vuelos internacionales ha aumentado más de seis veces desde 2005, hace casi imposible contener enfermedades contagiosas dentro del país de origen.
Los precios de los activos financieros intentan asignarles probabilidades a estos temores, aunque de manera dispar. Por ejemplo, el dólar se ha apreciado globalmente, mientras el euro, apoyado también por débiles datos económicos, se ha depreciado 3.7% desde inicios de año. Dentro de los emergentes, las monedas que han tenido el peor desempeño ajustado por sus elasticidades históricas (betas) han sido el real brasilero, el rand sudafricano y el peso chileno. El bono del tesoro norteamericano a 10 años en 1.37% está muy cerca de su mínimo histórico y las acciones de ese país, que parecían estar inmunes a todo esto, empiezan a tambalear.
Evitando intentar atribuir probabilidades a la evolución de esta emergencia sanitaria global, hay dos escenarios generales que nos sirven para analizar las implicancias económicas futuras. En uno, el impacto negativo del coronavirus tiene sólo efectos de corto plazo sobre la actividad global. En el otro, además de los efectos de corto plazo también impacta el crecimiento de largo plazo. Para poner en perspectiva la magnitud de ambos efectos usaré como ejemplo a la economía china, que hasta ahora ha sido la más afectada.
Supongamos que la actividad en ese país se contrae 4.5% en el primer trimestre de este año respecto del año pasado, que un tercio del deterioro es transitorio y se recupera en el segundo trimestre. De ahí en adelante, la economía se expande a una tasa similar a la proyectada por el Fondo Monetario Internacional en su último informe WEO. Usando estos números, que son los que hoy estaría manejando el mercado, al cabo de 10 años la economía se expandiría un 72%, comparado con un 75% sin la ocurrencia del coronavirus. Ahora bien, supongamos que la epidemia se expande y termina afectando el crecimiento de largo plazo de la economía asiática en 0.5 puntos porcentuales menos de crecimiento anual: este escenario lleva a una expansión de la economía de sólo 64% a 2030.
Este simple ejercicio hace evidente que una pequeña pérdida en el crecimiento de largo plazo tiene efectos significativos sobre la riqueza de las naciones que superan por mucho las pérdidas de corto plazo que no afectan la pendiente del crecimiento.